Puente de Sangre

Agarré su mano con fuerza.
-Ten cuidado con lo que haces.-advertí.

Abofeteé su cara con toda mi fuerza, partiéndole el labio.
-No necesito que Vincent me defienda y menos si es ti o de tu querido.-contesté sin alterarme.
-Tu capacidad para leer mentes es francamente pésima, de no ser así sabrías que no estoy a sus faldas. Yo no le busco por sexo, su compañía me agrada más que ninguna. Esa es la diferencia entre tú y yo, pero claro, qué sabrás tú. Entenderme o entenderle queda muy por encima de tus posibilidades, somos lo contrario a ti.

Agarré su mano y, tras apartarla de mi cuello, la retorcí hasta romperla. Acerqué mis labios a su oido.
-Yo daría mi vida por él sin dudarlo un segundo. Tú, por el contrario, te limitarias a llorar por tu amante hasta que contrases a otro con el suficiente valor o desesperación como para acostarse contigo.-la aparté de un fuerte empujón.
-Cuida a quien le enseñas los colmillos, podrian rompértelos.-añadí con una sonrisa amenazante.
Abandoné el puente hacia la mansión.

-Para cerebro pequeño el de tu perro.-contesté.-No creo que nadie quisiese cobrarse tu vida en lugar de la mía, valgo demasiado.
Jadeé al darme cuenta de lo reducido de mi visión. Hice como si no pasase nada y añadí.
-¿Cuándo entenderás que me da igual? Como enemiga no eres rival y como amiga seguirás sin ser importante. Confórmate con ser parte de mi vida.
Me pusé en pie y me alejé lentamente.

-¡Porque estoy enfermo!-exclamé.-Me va a explotar la cabeza y tú solo has contribuido a aumentar el dolor con tus jodidas habilidades. Te diré una cosa, me importa una puta mierda lo que pienses sobre mí.
Pasé por su lado y continué mi camino hacia la mansión.

-Llama a esto como te dé la gana.-repliqué alejándome.