...Insoportable.

Cogí un libro al azar y me senté en uno de los silones a leer. Qué harto me tenia Vania, quejándose todo el día y encima me buscaba a mí para hacerlo. Eso era insoportable. Abrí el libro por una página cualquiera, no tardaria en venir a fingir autoridad. Comencé la cuenta atrás, 5, 4, 3, 2, 1...

Sin inmutarme cerré el libro sonoramente y lo dejé en la mesita que tenía al lado. Agarré una de sus manos y tiré de ella hacia delante, haciendola volar sobre el sofá. Un segundo después Vania estaba delante mia y sus manos retorcida a su espalda. Las forcé un poco más.
-Sigue así y serás tú la que acabe bajo tierra, no soy tu felpudo y desde luego no soy como él. Si no te soporto te lo digo.-susrré en su oido amenazadoramente.- Y sí, es una amenaza. Dejame en paz.-ordené. Puse mi pie en su espalda y empujé hacia delante sin soltar sus manos aún retorcidas.

Jadeé de dolor y la solté.
-Que se atreva a mirar bajo tus faldas no le hace ser mejor que yo, le hace ser un desesperado.-la dejé ahí y me fuí a mi cuarto.

"Amargarme la existencia no entra en mis planes." respondí de igual modo.