Combinaciones.

Me senté en el borde con los pies para fuera. Qué gran combinación, mar y música. Me concentré en la canción que sonaba en ese momento y comencé a cantarla en voz baja. Mi intención era permanecer allí hasta que la amenaza del amanecer me obligase a marcharme.

Ignoré su voz en mi cabeza subiendo en volumen además, en ese momento venía un solo de guitarra que adoraba.

-No pego tan flojo como crees.-respondí sin quitarme los cascos.

-Nadie ha diho lo contrario.-repliqué.Quería escuchar música en paz, no hablar.

-Sí vuelves a decir eso me recordarás eternamente.-advertí.

-Bien, pues.-asentí.

-No es buena idea, podrías volver a acabar mal y aquí no hay nadie para ayudarte.

-No es algo de lo que pueda estar seguro, Vania. Asi que no.

Solté una carcajada.
-Ni lo uno ni lo otro, no te confundas. Me preocupo por mi estabilidad, además romperme algo retrasaría mi marcha.-conteste.

Hice un gesto invitándola a saltar consciente de que no lo haría.
-Todo tuyo.-sonreí desafiante.

Me pusé en pie escudriñando el mar.
-Oh, joder.-murmuré sin tomar impulso para alejarse de la pared rocosa se habría roto casi todo.

-Perfecto, ¿y ahora qué?-no pensaba saltar eso por supuesto. No iba a permitir que mis huesos y mi mp4 acabasen hechos pure. Podía sonar cruel pero, me marcharía en un par de días y quería irme entero y eso por supuesto incluia a mi reproductor.

-Brillante, Vania, eres brillante.-refunfuñe dando vueltas de un lado a otro como un león enjaulado. Decidí bajar a la playa, desde allí vería el mar sin problemas y quizás ya estubiese allí, de no ser así avisaría a Cloud.