Sin título.

Me aburría, muchísimo. Había recorrido tantas veces los terrenos de la mansión que ya conocía las marcas de cada árbol y había visto a casi todos los animales. Bostecé y me estiré tratando de desperezarme un poco, tenía la sensación de que me iba a caer dormido… Dormir, eso era lo más interesante que podía hacer. En mala hora le había prometido a Vania alargar un par de días más mi estancia.

-Muy a mi pesar prometí alargar la estancia.-qué gran mentira. Justo en ese momento me alegraba de haberlo hecho.

-Eres el único que nunca podría resultarme tedioso, Vincent. Deberías saber ya lo mucho que me agrada tu compañía.

Reprimí un escalofrío.
-Te da igual que me vaya, ¿cierto?-pregunté colocando un mechón de su cabello en el sitio correcto.

Su optimismo me hizo sonreír.
-Sí, probablemente sea así pero, quién sabe cuanto tiempo pasará hasta que nos reencontremos.-alcé una ceja y le miré fijamente.

Me quedé petrificado. Hasta ese momento había pensado que era lo bastante responsable como para cuidarse, ese pensamiento era el que me había consolado desde que había decidido irse de la mansión. Oirle decir que se le daba mal cuidarse me hacía más difícil irme.
-Promete que te cuidarás.-ordené.

Coloqué mis brazos en torno a su cintura.
-No tiene gracia, Vincent. Quiero que estes bien.-repliqué.

Así no había quien se pusiese serio. Deslicé ambas manos hacia abajo y, manteniéndole sujeto, saqué su camisa.Giré la cara hacia él y comencé a besarle entre el pelo.

Sonreí interiormente. Le devolví el beso sin permitir que se notase lo mucho que le deseaba. Mantuvé la mano izquierda en torno a él y enredé la derecha en su pelo.

¿Le preocupaba eso realmente? Permanecí en silencio unos instantes. Mi respuesta fue simple.
-Sí.-dije.-¿Acaso tú no?-dejé caer los brazos a ambos lados de mi cuerpo, aguardando su respuesta.

-Talante ilusorio de la situación.-repetí cruzándome de brazos.-Bonita forma de expresarlo.

-No lo dudo.-murmuré colocándome bien la ropa.