Deliberando

Entre en el salon y me sente cerca de Vania, no podia aguantar mas la risa. Me rei a carcajadas.

-No te rias.- la regañe.- No tiene gracia ninguna. No has cumplido el pago.- dije de morros. Me sente a su lado, "se vé muy bonita cuando se rie" pense.

-Yo creo que tiene muchisima gracia.- respondi aun riendome.- Eres muy bobo.- me burle.

Al final no pude aguantarme yo tampoco y me uní a su risa.
-Vale ha sido mi culpa por no expecificar, pero no volvera a pasar. La próxima vez expecificare todo.- reconoci.

Me aclare la garganta y me puse en pie
-Yo me retiro a mi cuarto.- me despedi y sali del salon en dirección a el.

Me habia quedado solo en apenas unos segundos. Suspire, ¿habría hecho algo malo?.

-¿Qué haces aqui solo?.- pregunte nada mas entrar. Fui a servirme una copa y me sente a su lado.

Sonrei. Compañia, menos mal.
-Nada especial, como os habeis ido las dos tan de repente no se donde esta mi cuarto ni nada asi que no me he movido.- respondi.

-Perdon, te habremos parecido unas maleducadas.- me disculpe.- Ya no te duele ¿no?.- pregunte refiriendome a su nuca.

Retrocedi instintivamente.
-¿No me iras ha pegar de nuevo no?.- pregunte receloso.

-No. No, claro que no.- respondi avergonzada. Me habia cogido miedo, quiza si me habia pasado.- ¿Estas bien ya si o no?.- pregunte impacientandome. Hay estaba yo tratando de ser amable con Caleb y, obviamente, no ibamos muy bien.

-Si tranquila estoy bien. Pero no me pegues mas asi porque no soy de hierro.- me pase la mano por la nuca sonriendo.- ¿Ya me has perdonado?.- pregunte con curiosidad.

-Yo...yo no he dicho eso Caleb.- dije fingiendo estar enfadada aun.- Solo intento ser una buena compañera de casa, nada mas.- explique cruzandome de brazos.

Me incline sobre ella y le susurre al oido:
-Per-do-na-me.- pedi separando la palabra. Respire su embriagador perfume.

Me heche hacia atras y le mire fijamente con seriedad.
-No hace falta que te acerques tanto para pedirme perdon.- se iba ha ganar otro guantazo como siguiese asi.

Apoye mis manos a cada lado del sofa dejando a Amelia entre mis brazos.
-No hace falta que te pongas fiera, Amelia.- murmure sin apartar mis ojos grises de los suyos aguamarina.

Qué puñetas estaba haciendo el idiota ese. Queria morir, era un suicida.
Mire a ambos lados, quiza si me echaba un poco mas para atras podria escurrirme entre sus brazos o sacar una mano sin difilcutad para poder darle un guantazo. Gruñi como advertencia.
-Te estas ganando otro guantazo Caleb.- le adverti con el ceño fruncido.

Ignore su advertencia y me incline mas sobre ella dejando mi cara a escasos milimetros de la suya. Ya casi notaba el helado aliento de la muerte en la nuca, pero puestos a morir al menos morir haciendo algo que mereciese la pena.
-Me lo debes.- dije simplemente. Sabia que no haria falta decir mas.
Me asegure de que no podria mover las manos si yo no la dejaba.

-¡Caleb!.- dije con voz ahogada. Me estaba poniendo nerviosa, estaba casi temblando. Me veia reflejada en sus ojos, entrecerre los mios para verme bien, por qué tenia esa cara de "primer beso" si no era el primero para nada.

Contemple unos segundos su carita asustada. Cerre los ojos y la bese con dulzura.

Abri los ojos al maximo y luché por mantenerlos abiertos y por no devolverle el beso en ningun momento. Tenia que buscar mi oportunidad.
"Aguanta Amelia, aguanta." me decia a mi misma. "No debo caer. Tengo que aguantar." pensarlo era facil, lo dificil era hacerlo.

Si no me devolvia el beso aquello no tenia gracia. Me incline mas aun sobre ella y la obligue a recostarse al maximo en el sofá. La sujete por las muñecas, aun no queria morir, y pase a besarla con pasión.