Esperando a los invitados

Eché una ojeada a la estancia mientras avanzaba. Me gustaba. Me retiré lentamente los guantes de cuero y comprobé que dos figuras se encontraban observándome.

Me acerque a las puertas de la mansion, no estaba segura de si los vampiros que en ella vivian serian hostiles o no pero ese era el mnor de mis problemas. Preferia morir a manos de otros vampiros a morir por un mal control del tiempo.
Golpee la puerta con el puño, esta se abrio sola, salte hacia atras tensa y enseñando los colmillos, solo por precaución. El interior parecia en calma, sabia que habia una vampira en algun sitio pero decidi entrar.
Una vez dentro observe el amplio recibidor, para mi gusto era muy hermoso pero sabia que para cualquier humano seria tétrico. Recorri la estancia con la mirada, en las escaleras habia una vampira, me mostre cauta preferia no ofenderla ya que parecia la matriarca y un problema con ella significaria mi fin.
Sin dejar de observarla apoye la suela de mi bota en la puerta y la cerre cuidadosamente sin hacer el menor ruido.

Asenti ligeramente y me separe del otro vampiro.
-Gracias.- dije friamente.
Me fije en que habia otra vampira que parecia mas inquieta que la matriarca. La mire ligeramente pues aun seguia recelosa ante la lider y el otro vampiro de la sala no mejoraba mucho mi estado de ánimo.

Saludé a la que consideré la poderosa matriarca con una inclinación breve. Luego dirigí miradas curiosas a la mujer que acompañaba a la señora de la mansión y a la vampira que también acababa de llegar.

Incline ligeramente la cabeza como saludo a la joven.
-Yo soy Amelia Masen.- me presente, no habia motivo para ser descortes.

Pasé la lengua por los colmillos y centré en Lunne mi atención.
-Buenas noches.-Dije. Cortés pero un tanto seco. Sin embargo, estaba seguro de que mis ojos mostraban una invitación mucho más grata.

A la matriarca no parecía haberle gustado del todo mi agrado por su hija, de modo que decidí contenerme más. Bajé la mirada ante ella en señal de sumisión.
Busqué a la nueva vampira y la observé con precisión.

Observe al vampiro que estaba a mi lado de reojo. Comportandose de esa manera solo conseguiria que nos matasen.
Me relaje ligeramente.
-Si no me equivoco vos debeis de ser la matriarca de esta casa ¿cierto?.- la respuesta era evidente.-¿Cuántos vampiros habitan la casa?.-

El desconocido me observava ahora a mi. Aprete el puño y cerre los dientes de manera audible. Esparaba que lo hubiese entendido.

Acepté la copa y contuve una sonrisa, no quería ponerme en peligro ya en los primeros minutos de estancia en aquella mansión. La matriarca era intimidante. La reacción de Amelia me resultaba de lo más graciosa, adoraba ese tipo de agresividades. Mantuve la calma y con seriedad, me dirigí a la matriarca.
-Mi nombre es Vincent Vóynikov. Gracias por su hospitalidad.