Habitación de Elisa

Me quedé pensativo durante unos minutos. Recordé algo, sonreí avergonzado y me acerqué a ella. Comencé a dar vueltas a su alrededor con lentitud, al llegar a su espalda aparte su pelo y exhalé mi aliento helado en su nuca.

...Y entonces me quedé pillado, no sabia como continuar. Normalmente habría metido las manos bajo la ropa, pero esa situación era cualquier cosa menos normal. Sonreí y retrocedí.
-Mmm. Aún me gusta.-comenté.

-Aproximadamente. Ah, ¿Por qué?-estaba siendo de lo más inocente.

Retrocedí otro paso. Qué podia decirle "mira, perdona, pero llegas tarde. Me gusta otra persona". No se merecia ese dolor después de haber estado buscandome.
-Eso...-murmuré. Ya estaba casi contra la pared. Se acabó, hasta aquí hemos llegado, me dije a mi mismo. Me puse serio y me aparté de la pared.

Ni me lo pensé. Avancé hasta ella, la agarré por la cintura y la besé, con necesidad, demasiada necesidad.

Ese beso me habia llenado tanto como los que buscaba para una noche. No respondí fingiendo estar ocupado besandola entre el pelo.

Sonreí ligeramente.
-Sí, si iba en serio.-respondí. Me acerque de nuevo a ella y volví a besarla, la elevé haciendola quedar a mi altura para mi comodidad.

Volví a dejarla en el suelo y me separé.
-Que descanses.- me despedí dirigiendome hacia la puerta.

Quizá me habia pasado un poco, pero no me arrepentia de nada de lo que habia dicho. Aún así, no podia permitir que se fuese. Aún no. Esperaba no llegar demasiado tarde. De camino a su cuarto fui ensañando mis modales. Llamé a la puerta y esperé.

Ni siquiera tube tiempo de preguntale si podiamos hablar.
-Empezamos bien.-murmuré. Abrí la puerta y cerré tras de mí.-Bien, veo que podemos hablar.-dije con sarcasmo.

Ni me inmuté ante su mirada.
-Ignoraré ese algo, tampoco es que me importe.- respondí cogiendo la maleta y dejadola sobre su cama.-Tú no te vas.-añadí.