Hablando seriamente.

-De momento no, tengo cosas mejores que hacer...-respondí.

-Me entrego a la lucha por furia, cuanto más odio más letal busco ser. A ti no te odiaba y mira como acabaste, quizá no le mate pero me quedaré muy bien.-expliqué.-Muerto, pero muy bien.

-Me importa mas bien poco si le rompo un brazo o si solo le hago un arañazo, lo que yo quiero es acabar muerto.-repliqué.-Pero como ya he dicho tengo cosas mejores que hacer de momento.

-Llevo 165 años de existencia, viendo como el mundo cambia y empeora cada día, viendo cómo la gente se mata por conflictos estúpidos, viendo a los humanos crecer, envejecer y finalmente morir. Quiero hacer eso, quiero morir, poco me importan el aprecio y el amor. No soy un modelo a seguir y tampoco soy alguien que merezca ser querido, más bien odiado. He cumplido con esta condena durante bastante tiempo, es algo que yo no pedí, lo mínimo es poder dejar de existir si así lo deseo.-contesté con calma.-Me gustaría poder decir que mi vida se consume soportando esta rutina que me ahoga cada dia más y, sin embargo, solo puedo decir que mi eternidad se guia por una rotuna que me ahoga cada día más.

-Porque lo haria sin dudar, eso es lo que quiero. No quiero que se me ofrezcan oportunidades, quiero ver venir mi muerte sin que nadie me diga que aún estoy a tiempo de salvarme.

-Eso quiero.-admití.-Te odia, no creo que quieras enfrentarte a él si de verdad se molestara con esto y en consecuencia a Nicolas, ¿o sí?- pregunté.

-Nadie te a pedido que lo hagas, no te preocupes. No quiero que me mates, tú no.

Esto no tenia gracia, yo no queria que me matase ella. Queria morir torturado a más no poder. Además dónde se ha visto que el verdugo muera junto al ejecutado...
-¿Algo más?-pregunté. Bah, me habia quitado las ganas de hacer nada.

-Claro, claro, ninguno de los dos queremos eso.-coincidí.-Pero sinceramente con lo buena que eres quitando las ganas y lo mala que eres planeando suicidios no sé como no eres psiquiatra.

-No pretendia hacerte reir, solo decia la verdad. Solo has conseguido quitarme las ganas.-repliqué poniendome en pie y avanzando hacia la puerta.

-Tu propuesta fue rechazada en el mismo momento en que la expusiste, Vania.-contesté.-No me importa si es o no una buena idea.

-Qué noble.-me burlé.-Les importamos poco o nada respectivamente. Deja de ser así y empieza a comportarte como una verdadera vampira, olvida esa humanidad a la que te aferras. No somos así, somos fríos y solitarios y desde luego formamos aquelarres más reducidos, si es que los formamos, en lugar de este circo que tienes montado en el que cada uno de nosotros es peor que el anterior.-abrí la puerta y salí.

Me volví y llegué hasta ella en dos zancadas. Me incliné sobre ella y levanté una mano, ni yo sé con qué intención, la cerré manteniendo el dedo indice estirado.
-Yo lo único que quiero es la tranquilidad que busco y que, según parece, no pensais permitirme encontrar.-le espeté. Me volví y seguí andando frotandome el tabique de la nariz con una mano y la otra en el bolsillo.