Intentando enterarme de algo...

Me sente junto a Lunne. Me interesaba estar cerca para poder salvarle el culo.

La mire. Eso no se lo creia ni ella.
-Eso espero.- murmure.

Sabia que eso no debia haberlo oido, por lo que no le conteste.

Que mania. Todos usaban mi edad eterna para referirse a las locuras desenfrenadas de la pasión. Me guarde de decirle que yo tenia 17 años. Aunque creia que lo habia dicho a mi llegada. No estaba segura.
-Si es el primer varón que ve es normal que reaccione asi.- conteste.- Vincent es muy atractivo y sabe muy bien como conquistar a una mujer asi que no se culpe Lunne.- la console. No se como se me habia escapado eso de que Vincent fuese atractivo. Desse que no lo hubiese notado o que si lo habia hecho pensase que era un alago a su buen gusto.

Le devolvi la sonrisa. Escuche el fin de la conversación. Estaba algo defraudada, ya me habia hecho a la idea de tener que empujar a alguno de los dos. Suspire aliviada. No me movi. El turno de Lunne llegaria, aunque deseaba que las palabras de Vincent hubiesen hecho creer a Vania en la inocencia de Lunne.

Llegué a las escaleras avanzando con paso firme y a grandes zancadas. Allí estaban Amelia y Lunne, mirándome.

Mis labios se abrieron, pero no dejé escapar ni una sóla palabra. Sentía mi pecho subir y bajar agitado. Clavé en ella mis ojos apenas un instante, luego la hice a un lado con sumo cuidado, apartándola de mi camino y subí el primer escalón.

Le mire atentamente tratando de ver hasta que punto estaba herido moralmente. Parecia que bastante. Me levante. No lo ha capado pense hechando una mirada rapida al lugar en el que debian de estar sus partes nobles
-En fin...-empeze la situación se habia vuelto demasiado molesta. Su reacción me sorprendio, no esperaba que apartase a Lunne.

Hice como si la disculpa de Lunne no hubiese llegado hasta mis oídos. Sin embargo, la voz de Amelia sí lo logró pese a todo.
-Calla, Amelia. Guárdate tu opinión. -escupí las palabras como si me quemasen. No parecía que fuese a soltar un gran discurso, pero tuve que decirlo. Pasé junto a ella sin más miramientos y me dirigí a mi cuarto.

Gruñi ligeramente y me fui tras él.
-No te iva a dar mi opinion porque imagino que sabras que me alegro de que tu y tu miembro viril sigais intactos.- le dije colocandome a su altura. - Solo iva a...a nada olvidalo.-dije bajando la mirada.

Gruñí sin poder contenerme más. Cogí a Amelia de la mano, aunque esto carecía de sentido y volví sobre mis pasos.
-Verás, Vania, si no te importa, deja de cuestionar cada uno de los pasos que doy. No culpo a Lunne de nada ni voy a hacerlo, pero como comprenderás no me siento con ánimos de charlar amenamente con ella. Ahora, haz el favor de dejar que me encierre tranquilo. De lo contrario, sé dónde está la puerta.
Solté a Amelia al ser más consciente de lo que hacía. Me sorpendía lo educado que había sido teniendo en cuenta todo lo que llevaba dentro.

Me habia cogido de la mano. Eso era un sin sentido. Me coloque a su lado y le puse una mano en el hombro. Parecia que no sabia lo que hacia.
-Vincent.- le llame.- Calmate, vas a empeorar las cosas.- le susurre.