Tirada en un sofá.

-En mi casa vivo solo, pero si desease marcharme y viviese alguien más en ella... Sí, seguramente la dejaría a su cargo.-respondí tras pensármelo unos segundos.

-No arriesgaría mi existencia por nadie.-repliqué.

-Sí. No es mi obligación defenderle, es la de Cloud y ni él lo hace.-contesté molesto.

-Ah, ¿sí?-pregunté alzando una ceja con desdén.- Nunca le he visto defenderte de Nicolas.

-Nicolas podría matanos a cualquiera facilmente, tú incluida. Cloud no debería cumplir esa clase de peticiones, al hacerlo demuestra que no le importa demasiado si mueres o no. Entendería perfectamente que un vampiro que no es tu compañero no te defendiese, pero siéndolo...

Sonreí interiormente al ver que mis palabras le habían dolido.
-Qué relación más rara, es totalmente unilateral. Tú darías la vida por Cloud pero él no la daría por ti.

-¿Segura? Una cosa es hablar y otra cumplir lo que se dice.-comenté.-Las palabras se las lleva el viento...

En mis labios se dibujó una amplia sonrisa maliciosa.
-Ningún vampiro conoce a otro realmente.-dije.-No se puede decir que nos caractericemos por la sinceridad, precisamente.

-Si tú lo dices.-contesté.-Pero de ser tú, no estaría tan seguro.

-Todo lo contrario, querida.-respondí con inocencia.-Intento abrirle los ojos.-me excusé.

-¿Por qué? Por decirle que debería desconfiar un poco de Cloud en lugar de idealizarlo como la pareja perfecta. Discúlpame por ser sincero, pero si lo idealiza de ese modo se llevará muchas decepciones.-respondí.