Ofreciendo una copa

-Pensé que la marcha de Amelia ponía fin a la reunión-me excusé.

Atraje hacia mi el pechon de pelo con el que habia golpeado a Vincent y me levante. Incline la cabeza hacia Vania y sali del salon dando gracias de que el pelo me llegase hasta donde comenzaban mis piernas.

Me fijé en la atrayente figura de Amelia, ¿quién podría evitarlo? Luego volví la vista a Vania, supuse que me regañaría o algo similar.

Miré a Lunne para comprobar su reacción. Después volví los ojos a Vania, yo tenía claro lo que estaba haciendo, y no era ir de flor en flor con ambas jovenes, desde luego.
-No creo que yo esté vacilando de ningún modo, matriarca.-me guardé el tono desafiante, algo que me costaba un mundo.-Si una mujer camina delante de mí, la miro. Si un hombre lo hace, lo mismo. No esperará que me ponga una venda en los ojos.

Me senté de nuevo y guardé silencio.

Me despedí cordialmente de Lunne con una sonrisa no muy convencida, esperando que entendise mi urgencia por abandonar el salón.

Regrese al salon.
-Vania, puedo ir a donde desee, ¿verdad?.- pregunte. El hambiente en la habitación era tenso, supuse que Vania habia regañado a Vincent o a Lunne por algo.

Pasé por el lado derecho de Amelia a grandes zancadas murmurando un seco buenas noches y salí por fin del salón.

Tenia la cabeza ligeramente girada hacia el lado por el que acababa de pasar Vincent. Me pregunte qué habria pasado. Me volvi al oir la voz de Vania.
Asenti, pues no estaba muy segura de lo que habia dicho.
El paseo ya no me interesaba tanto, me preocupaba mas que habia pasado para que Vincent se fuese asi. No le conocia mucho pero estaba segura de que esa clase de salidas no eran propias de él.
Sali al recibidor sin despedirme.
No sabia que hacer: podia ir ha hablar con Vincent, aunque corria el riesgo de molestarle y no solo a él tambien podia molestar a Vania y a Lunne, por otro lado, podia ir a dar un paseo, pero antes me quitaria mi ridiculo recogido, preferia llevar el pelo suelto.