Maldiciendo y algo más..

No puede evitar enderezarme cuando Vania cerro de esa manera. No sabia para donde mirar, parecia que la que habia hecho algo indevido era yo.

Respiré profundamente. Una, dos veces. No lo necesitaba, pero en ese preciso instante no estaba yo como para acordarme. Apreté un poco más la mano de Lunne y a continuación avancé un paso. Miré a Vania. Bueno, en realidad me costó. Empecé por mirar sus pies. Sus pies estaban bien. No parecían muy enfadados. Igual el resto tampoco. Continué, iba a ser valiente. Al menos, un caballero. Podía estar cagado por dentro, que no se iba a notar. Por fuera, bien serio. El problema de ir subiendo es que sabía que iba a estancarme en el pecho. No, no, eso lo empeoraba, fuera, fuera, no. Sube! Eso es, el cuello. Un lugar seguro. Seguro para un humano, cosa que yo no era, al parecer. Me atreví a mirarla a los ojos e instintivamente cubrí un poco más a Lunne. No quería que la gritase a ella. De ningún modo...

Estaba rigida, la cosa no iva conmigo pero el hambiente era tan tenso que no me atrevia a moverme. Por mi cabeza comenzaron a pasar disparates. Le va a matar. No ni hablar. Que no lo mate. Si lo hace vaya gracia. Dios que lo deje con vida cuatro noches mas. Se va a cargar al único capaz de definir el amor y los celos. No lo puedo permitir. ¿Por que voy a ayudarle?. Es verdad, para que me pueda seguir instruyendo.

Me maldije por haberme delatado con mis pensamientos. Bueno al menos Lunne le cubria. Por favor Vania pense. Ese pensamiento me desagrado en gran medida, no puede evitar arrugar la nariz algo molesta por eso.

Acaricié la mejilla de Lunne. Si lo pensaba bien, no veía porqué tenía ella que pasar por todo esto.
-Supongo que le da igual lo que a mí me parezca, matriarca, pero sinceramente y aún a riesgo de someter mi querido cuerpo a su ira, le diré que no veo motivo para tanto alboroto. Dejando a un lado que usted nos parase o no, nosotros no llegamos a hacer nada malo. Estábamos juntos, sólo eso.-volví a respirar y permanecí con la espalda tensa a la espera de la bofetada, ya fuese física o verbal.

Es idiota, ¿pretende suicidarse?. Es una locura lo que esta haciendo. Mi mente decia lo que no era capaz de expresar en alto. Obviamente preferia que nadie supiese lo empeñada que estaba en mantener al casanova con vida. Vania comprenderia mi interes pero Lunne y él no.

Solté la mano de Lunne y la insté a irse con un sonido grave de complicidad. Me aparté un par de pasos de ella, avanzándolos hacia Vania. Aún así, seguía a una distancia prudente de ella. Hubo un instante, un fugaz segundo en que desee llevarme ambas manos a la entrepierna y huir, pero no, ése no era mi estilo. Vania era como un millón de maridos furiosos con cuchillos jamoneros, no, como más. Debía permanecer y cargar con la culpa de mis actos como había hecho siempre, sólo que esto no iba a solucionarse con un duelo...dejé de pensar en todas aquellas ocasiones en las que había salido victorioso, pero supongo que era lo que tenía que hacer. Dicen que tu vida pasa ante tus ojos cuando vas a morir.

Las ganas de ponerme entre ambos aumentaron. Que acabase capado me parecia razonable que se lo cargase me parecia exagerado. Vania por favor volvi a pedirle.

Habri la boca ligeramente para decir "Y un jamón" pero me mordi la lengua. Asique me limite a insultar a Vincent. Idiota, esto te pasa por no saber contenerte.

-No le hice ningún daño, ni nada que no desease ella. De hecho, lo único que estoy haciendo es sacarle una sonrisa tras otra.-me atreví a contestar. Si iba a palmarla, al menos lo haría con un par bien puesto y diciendo la verdad.

Odiaba que me gritasen. Como decian los españoles "Para chulas, yo" eso ni siquiera lo pense, por temor a la reacción de Vania.
Asique me limite a morderme el labio y a apretar fuertemente los puños. Me di la vuelta y me fui a reunirme con Lunne. Ants d girarme del todo mire a Vincent y le susurre:
-Suerte.- la iva a necesitar sin lugar a dudas.

-No, no me malinterprete. Si tiene que volcar en alguien su ira, hágalo en mí. -estaba dispuesto a cambiar de táctica. Cuando la verdad no funciona...-Si es cierto que es a mí a quien usted advirtió, la señorita Lunne queda fuera de contexto, señora mía. Estoy más que seguro de que usted tiene claro qué clase de hombre soy y cuáles son mis ...pasatiempos.-Reuní todo mi valor en una de mis conocidas sonrisas pícaras y traté de pensar en una pared de ladrillos. No tenía muy claro que eso fuese a funcionar, pero no sabía que hacer. Lunne no iba a recibir una sóla palabra fuera de tono mientras yo tuviese voz para impedirlo. ¿A quién quería engañar? Mis ideales tenían demasiada raíz como para tirarlos ahora a la basura. Lo que había pasado ahí fuera era bello, era hermoso, era alimento para el alma. Porque yo seguía teniendo una, al menos, se dijese lo que se dijese.