Paseando con Caleb

Miente al diablo..., pensé. A pesar de haber mantenido mi mente alejada de cualquier pensamiento que me delatase no había conseguido engañarle.
-No realmente.-respondí.-Solo hablar un rato, compañía, ya sabes.

-No miento... no del todo.- repliqué.- En fin, ¿qué tal todo? Hace tiempo que no hablamos.

-Cloud ha vuelto, ¿cierto? Me pareció notar su perfume con fuerza.-comenté.- Estoy bien.

Gruñí en voz baja.
-Vania, no soy tan interesado, queria dar una vuelta nada más. Además dentro de poco dejará de tener importancia, me marcharé pronto.

Apreté los dientes.
-Me voy solo.-aclaré.

No le importó nada, ni siquiera se detuvo cuando se lo dije. Sabia que no le importaba, pero esperaba que al menos lo fingisiese un poco. Si lo pienso no me extraña, qué soy yo comparado con Nicolas que es más antiguo y fuerte, pensé. Volví ha centrarme en lo que decia Vania.
-No me despediré de nadie.-respondí.-Tampoco es que le importe a alguien mi marcha.

-No quiero que nadie me lo pida, Vania.- me senté en un banco próximo.

-¿Y quién crees que lo conseguiría?-inquirí con curiosidad.

Apreté los puños dentro de la cazadora y miré hacia el lado contrario. No quería darle la razón, pero la tenía, ambos lo sabiamos.
-él no dirá nada.-dije en voz baja tras unos instantes.- Simplemente le da igual.

-Probablemente.-admití.-Pero no puedo darle importancia a otra persona que no sea él.

La miré fijamente.
-Lo sé, y mi respuesta sigue siendo la misma: no puedo darle importancia a otra persona que no fuese él.
-Lo que más odio es que cuando soltó todo ese discurso ante Nicolas en la sala de entrenamiento llegué a creérmelo, pensé que sí le importaba aunque solo fuese un poco... Es buen actor.

Agarré su rostro con una mano y apreté un poco.
-Mi vida...-¿sexual?, pense.- no es algo de tu incumbencia, si me corresponde como deseo o no no es cosa tuya, ¿Entendido?-la solté y retrocedí furibundo. Acabe echando a andar cabreado.