Casi recuperado.

Suspiré exasperado.
-1,2,3.-mordí su cuello, no permití que se desperdiciase una sola de las gotas. Me aparté cuando estube minimamente saciado.-¿Qué tal?-inquirí mientras me lamia los labios.

Puse los ojos en blanco, giré su cara y besé las heridas.
-¿Vania?-la llamé.-Me ocuparé de Cloud, no te preocupes.-repetí. Me aparté y me senté a su lado.

Agarré su cara y miré las marcas de los colmillos, ya casi no se notaban.
-Vania, ya casi ha cicatrizado.-intenté tranquilizarla.-Y si no me escucha... que se atenga a las consecuencias.

-Va... Vania.-parecía que me estubiese ahogando. La rodeé con mis brazos y la mecí suavemente.-No te preocupes, no le haré nada. Siempre y cuando me escuche.

... Qué le iba a decir, buena pregunta.
-Que no podía cazar, que estaba devil, algo así.-la solté y la miré con los ojos como platos.-Vania, me estas haciendo sentir como si te acabase de violar...

La solté y me aparté un poco de ella.
-...Vale.-concedí.

-Hace un segundo parecias estar en estado de shock y de pronto saltas de esta manera, es normal que me inquiete.- me excusé.

Me tumbé en el banco boca arriba y apoyé la cabeza en su regazo.
-¿Y qué sería eso, Vania?-pregunté ligeramente interesado.

Examiné su cuello.
-Ya no hay marcas-inspiré su perfume.-pero hueles a mí. Duchate y nunca lo sabrá.

-No tiene por qué. Los únicos que saben lo que ha ocurrido somos nosotros, yo no tengo intención de decir nada. Y si tú no quieres que te deje tampoco deberías hacerlo.-respondí mirandola fijamente.

Me senté y la miré.
-No te preocupes. Además tampoco ha sido para tanto.

-La mordedura solo es íntima si entre ambos vampiros hay... intimidad, por llamarlo de alguna forma, pero entre tú y yo no hay nada de eso. Aquí el significado es muy distinto, hasta alguien como Cloud debería saber eso.-expliqué.

-Exactamente.-asentí con una pequeña sonrisa.