Habitación de Amelia

-No...es lo...lo mismo.- respondi algo mas calmada. Y era cierto, habia cazado vampiros y licántropos, habia trabajado para ambos bandos. En Europa del Este no me querian ver ni en pintura, los licántrops de alli me temian pues yo sola habia reducido su población considerablemente y los vampiros me odiaban por haberles dado caza.
Solo habia sido durante mis primeros meses de mi nueva vida, como escusa dire que aun no sabia nada sobre el odio entre vampiros y licántropos. Cuando me entere de ello deje de cazar vampiros, pero no licántropos. Por el camino tambien me habia llevado por delante a humanos, niños, mujeres e incluso bebes.

Estaba mucho mas tranquila.
-Gracias.-susurre. Me tumbe en la cama y trate de pensar en otra cosa.

Cerre los ojos y me dormi. No sabia cuanto tiempo llevaba alli tumbada, intuia que ya habia amanecido.
Me levante, queria ir a la biblioteca a leer.

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Entre en mi cuarto aun tarareando. Deje el libro sobre la mesa y procedi a quitarme esa tortura a la que llamada vestido. Suspire aliviada en cuanto lo lance volando por mi habitación. Decidi que solo me lo pondría cuando tubiese que estar con Vania o Lunne, el resto del tiempo llevaria mis pantalones de cuero negro, mi corsé, mi abrigo tambien negros. Me cambie los zapatos y me puse mis botas altas. Me marchaba a dar una vuelta y a pensar en todo lo que me habia contado Vincent sobre el amor y los celos. Sali de mi cuarto en completo silencio y me deslice por el pasillo.

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Subi de nuevo todas las escaleras. Estaba enfadada, desconocia el motivo. Aunque tambien estaba alegre de que Vincent no se hubiese marchado. Iva sin abrigo, me lo habia quitado unicamente para evitar la tentacion de contar en taquitos a algo o a alguien.
Enfile el corredor de los dormitorios, me cruce los brazos por debajo del pecho y heché a andar. Pase junto a Lunne sin darle las buenas noches, si hablaba sabia que solo iva a gruñir o a refunfuñar. Segui caminando y pase junto a Vincent que tambien estaba fuera de su cuarto. Mis puños se crisparon. Llegue a la puerta de mi cuarto, la abrí y cerre tras de mi con un muy sonoro portazo.

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Entre en mi cuarto y cerre. El cansancio me podia, me desvesti rapido, me puse el camison y me acoste. Me tumbe boca arriba esperando a que el sueño se adueñase de mi. No tarde mucho en quedarme dormida.

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Ni siquiera yo sabia a donde ir. Mire al cielo, luna llena, perfecto. Me cambie rapidamente y salte por la ventana.

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Ignore el gruñido y me tumbe en mi cama.

Entre y cerre, no me movi, me quede apoyada en la pared y me deslize hasta el suelo. Incline la cabeza hacia delante y simplemente deje mi mente en blanco. No queria pensar, por una vez no.

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Entre en mi cuarto acelerada, me metí en el baño y comencé a llrnar la bañera. Salí y me sente paciente. Me empece a desvestir sin prisa. Dejé la ropa en el sillon de cualquier manera y me metí en la bañera.

-Amelia te espero en la sala de entrenamientos.- dije molesto al pasar por la puerta de su cuarto consciente de que me habia oido.

Me pusé en pie en la bañera.
-¿Para qué?.-pregunte con el mismo tono mientras salia y me ponía la toalla.

-¿Tú qué crees que se puede hacer en una sala de entrenamientos?.-pregunté con evidencia. Abrí la puerta y entré, de haber sabido que lo unico que llevaria seria una toalla habría entrado antes. La mire de arriba abajo con la boca abierta.

Retrocedí un paso, la forma en que me miraba no me gustaba nada.
-¿Qué...me ves?.-pregunté tratando de cubrirme lo maximo posible.

-¡Uau!.-exclamé sin apartar los ojos de ella. Sacudí la cabeza tratando de recuperar la compostura.- Estas muy bien, que tonteria somos vampiros, es obvio que estas muy bien. Pero, quiero decir que eres una de las muchachas...mujeres mas hermosas que he visto. Bueno Vania tambien, pero a ella no la he visto del mismo modo que te veo a ti en estos momentos.- parecia idiota, no tenia muy claro lo que estaba diciendo. En mi cabeza solo habia imagenes de sus formas, lastima que llevase la toalla.

Me habría sonrojado de haber podido, me aclaré la garganta y le mire entrecerrando los ojos.
-¿Esto es una nueva estrategia?.- pregunté.

-No, te juro que no.-asegure negando con las manos.- Es solo que si vieses lo bonita que te ves desde aqui. Bueno...em, vistete y ven a la sala de entrenamiento.-pedí. Aunque por mi se podía quedar en toalla.

Me estaba preguntando por qué no le habia echado aun de alli como habría echo con cualquiera de los otros. Y lo mas importante cómo estaba en mi cuarto sin mi permiso, viendome medio desnuda y sin un solo guantazo aun.
-¿Piensas quedarte mientras me visto?.-quise saber. Dijese lo que dijese acabaria fuera de mi cuarto por las buenas o por las malas.

Por toda respuesta apoyé la espalda en la puerta y me cruce de brazos. Sonrei picaro. Yo de alli no me iba ni en sueños.

Puse los ojos en blanco, me acerque a él y le aparte de un empujon con la cadera. Cogí el picaporte y abrí la puerta.
-Puedes estar mientras me visto.-dije asomando la cabeza fuera y mirando a ambos lados para asegurarme de que no habia nadie. Volví a meterme en el cuarto manteniendo la puerta abierta.

-¿En serio?.-pregunte sin poder creermelo.-Pero tú no te rindes tan facil. Tú para nada eres facil.- comenté.

-Ya sé que no soy facil. No soy como la mayoria de las vampiras que conozco, yo no me acuesto con cualquiera ni mucho menos.- respondi sonriendo.-Pero aun así seré buena por una vez y te permitiré como una unica excepcion que te quedes.-