Habitación de Caleb

Me apetecia darme un baño y relajarme asi que subi a buscar un cuarto. Abri la puerta y mire dentro "Este será mi nuevo cuarto" pensé.
Me senté en la cama y me dejé caer hacia atras, cerré los ojos un momento y despues me levante y tras descorrer las cotinas abri las ventanas de par en par, despues fui al baño, abri el grifo y dejé que la bañera se llenase lentamente. Cuando se lleno cerré el grifo y salí de nuevo al cuarto para desvestirme.

-vaya, es sencillita. oye, me ha parecido oir la ducha o es mi imaginacion?

la segui, riendo bajito.

Me encontraba sentado en el sillón proximo a la ventana, inclinado hacia delante para poder contemplar las vistas desde mi cuarto, aunque estaba tan sumergido en mi mismo que apenas me fijaba en lo de fuera. El sonido de alguien llamando a la puerta cortó el hilo de mis pensamientos. Me levante, me acerqué a la puerta y abrí. Contemplé durante unos instantes la figura, del que suponia, sería Vincent.
-¿Desea algo?-pregunté con educación.

Me hice a un lado y le invité a entrar con un gesto. Por suerte me gustaba el orden y lo único que habia fuera de lugar era el sllón en el que habia estado sentado hasta hacia unos instantes.
-Claro, no veo por qué no- respondí.

Me senté frente a él.
-No, pero aunque así fuese no importa, se lo perdonaría.- respondí con una pequeña sonrisa.- Si no me equivoco usted es Vincent, ¿cierto?- preferia empezar por saber si habia acertado.

Me reí en un susurro grave.
-Bastante- admití.-desde el primer momento en que escuché su nombre.- y desde luego la espera habia merecido la pena. No pude evitar mirarlo otra vez de arriba abajo.
-Perdón, soy Caleb Creux.-me disculpé al tiempo que me presentaba. Me habia quedado mirandolo embobado.

Obviamente me tenia muy bien considerado, si no lo hacia yo quién lo iba ha hacer. Intenté sacar un poco de mi narcisismo, cosa casi imposible ya que no solia serlo.
-Veo a un muchacho de 20 años, atractivo, me habría gustado llegar a desarrollar más mi musculatura, pero estoy bastante orgulloso de la que tengo. Adoro mi color de ojos y el extraño color gris de mi pelo.- expliqué.- En definitiva me encanta lo que veo. Me cuesta imaginarme más atractivo.-eso habia sido puro narcisismo.

Lo miré con un pequeño destello de diversión en los ojos. Me gustaba su risa.
-¿Y usted qué ve cuando se mira al espejo?-pregunté con curiosidad. Aparte de a la representación física de Dios, claro pensé.

Lo miré con seriedad, la verdad es que tenia razón eramos cadáveres que aun caminaban entre los vivos en lugar de pudrirnos en nuestros respectivos nichos.
-Tiene razón en su descripción- comenté con total tranquilidad.

No me pasó inadvertida su extraña sonrisa, preferí hacer como si no la hubiese visto.
-Es imposible no apreciarla.- respondí con una pequeña sonrisa pícara.

Me encogí de hombros.
-Algunos me hacen la estancia más acojedora que otros, ¿o deberia decir que otro?. Pluralizar es culpar en general.-respondí.-¿Qué piensa de Cloud?.-quisé saber.

-Hablar de él me aburre tanto como hablar con él. ¿Qué piensa de los demás miembros?.- viendo que coincidiamos en una opinión, me interesarón más las otras.